“Maestro, me encuentro en una situación difícil, por momentos me siento desorientado y perdido, ¿qué me recomienda?”
“Hijo, todos somos como barcos navegando en el océano, eventualmente enfrentaremos grandes tempestades, si los tripulantes y pasajeros entran en pánico muy probablemente el barco terminará hundido.
Recuerda que cada uno de nosotros es importante para los demás, cada tripulante o pasajero que mantiene la calma, con su ejemplo ayuda a todos los demás.
Cuando te encuentres en una situación difícil o peligrosa o cuando sientas que te has perdido, puedes practicar ir a tu refugio, establece contacto con tu isla interna y refúgiate ahí, es una isla de paz, confianza, estabilidad, amor y libertad, que alienta nuestra humanidad, nuestra paz y esperanza, activando nuestro poder de auto perdón, auto curación, y auto comprensión.
Para ir a ella no tienes que trasladarte a ningún lado,
Cada uno de nosotros tiene en su corazón un maestro en quien confiar, que nos ayudará a transitar la tempestad tranquilo, guiándonos a ser comprensivo, generoso, amoroso y compasivo contigo.
Para volver contigo mismo cierra los ojos y utiliza estas palabras: inspiro y regreso a la isla de paz que tengo en mi interior, en ella hay hermosos árboles, arroyos de aguas cristalinas, pájaros, puestas de sol y aire fresco, espiro y me siento seguro,
Estas sencillas prácticas de meditación nos convierten en islas de paz que resultan inspiradoras.
Y recuerda a Ignacio de Loyola: “Actúa como si todo dependiera de ti, confía como si todo dependiera de Dios”