“Todo el proceso de la naturaleza es un proceso integrado de inmensa complejidad, y es realmente imposible decir si algo que sucede en él es bueno o malo”
Alan Wats
La mayoría de nosotros pasamos por momentos de temor, miedo, terror o ansiedad al preocuparnos por la perspectiva de posibles eventos que consideramos serán negativos y que nos causarán pérdidas, solo por mencionar algunas; de patrimonio, imagen, prestigio, salud, todo impulsado por lo que llamamos “malas noticias”, “malos augurios”, o “malos
presentimientos”
Es un hecho que muchas cosas nos atormentan como no deberían, otras, más de lo que realmente deberían, y poquísimas nos atormentan como deberían, creo tenemos la costumbre de imaginar, exagerar y anticipar el dolor.
¿Cuánta energía desperdiciamos ante posibles desgracias? el mayor peligro de las preocupaciones fuera de lugar, es que al mantenernos tensos contra las desgracias imaginarias quedamos impedidos de vivir plenamente.
¿Es probable que nos ocurran algunos problemas pequeños o grandes?, claro que si, pero no es un hecho real presente, preguntémonos ¿Cuántas veces a ocurrido lo inesperado? Y ¿Cuántas veces se ha esperado y nunca ha ocurrido?
Seneca el gran filósofo romano ante nuestro hábito de imaginarnos continuamente desastres, escribió hace 2000 años; “hay más cosas que pueden asustarnos que aplastarnos, sufrimos más a menudo en la imaginación que en la realidad”, y agrega, “lo que te aconsejo es no ser infeliz antes de que llegue la crisis, ya que puede ser que los
peligros ante los que palidecías como si te estuvieran amenazado, nunca vengan sobre ti, ciertamente aún no han llegado”.