Si tuviera 5 años más, podría haber sido un verdadero pintor.
Katsushika Hokusai, quien es considerado uno de los mejores pintores y grabadores japoneses, escribió a los 73 años de edad.
“A los 6 años, tuve una manía por dibujar la forma de los objetos. Alrededor de los 50 publique una infinidad de pinturas; pero estoy insatisfecho con todo lo que produje antes de los 70. Fue a la edad de 73 que entendí con aproximación la forma y naturaleza verdadera de las aves, los peces, las plantas, etc. Consecuentemente a la edad de 80 habré hecho mucho progreso, habré llegado al fondo de las cosas: a los 100, seguramente habré llegado a un estado definitivo, y a la la edad de 110, ya sea una línea o un punto, todo estará vivo. Les pido a aquellos que vivan tanto como yo que observen si mantengo mi palabra”.
Escribió también este colofón en el epílogo de Cien perspectivas del monte Fuji, “Escrito a la edad de 75 años por mi, antes Hokusai, ahora Gakyo Rojin, el viejo loco de la pintura”, en donde también se lee esto, “si tuviera 5 años más, podría haber sido un verdadero pintor”
Su maestría aumentaba con la edad y aunado seguramente al aumento de sus poderes contemplativos.
¿Debemos buscar el dinero, la fama o el poder como fin último de nuestra vida, o como Hokusai el fruto de la sabiduría? Su vida nos muestra que los seres humanos somos el vehículo para la refinación perceptual y espiritual que solo se logra con la edad.
“Una bella ancianidad es la recompensa de una bella vida”. Pitágoras