Esopo quien vivió unos cinco siglos antes de Cristo, era un esclavo y es considerado el padre de la fábula.
Su amo Xantus le encargó ir al mercado y comprar el mejor manjar para agasajar a unos importantes invitados con los que requería quedar muy bien, Esopo compró lengua y la hizo preparar con los mejores condimentos y por la mejor de las cocineras. Los invitados comieron hasta hartarse y no dejaban de agradecerle a su anfitrión por el manjar que les había servido.
Cuando los invitados se retiraron, su amo le preguntó que había comprado, me pediste consiguiera lo mejor así que compre lengua, ella es el fundamento de la filosofía y las ciencias, es el órgano de la verdad y la razón, además con ella se: reza, canta, declama, instruye, persuade, dialoga, agradece, se declara el amor y la paz, ¿Qué puede haber mejor que la lengua?
Tiempo después, Xantus le dijo que llegarían unas personas muy desagradables, y que tendría que invitarlos a comer por protocolo, pero quiero manifestarles mi disgusto sirviéndoles una comida muy mala, así que ve al mercado y trae lo peor que encuentres.
Esopo volvió a comprar lengua y la hizo preparar con los peores ingredientes y por una empleada que no sabía cocinar, los comensales apenas pudieron masticar y tragar.
¿Qué porquería es esa que serviste? pregunto Xantus al irse los invitados, lengua le contestó Esopo, ella es la madre de todos los pleitos y discusiones, por ella hay separaciones y guerras, con la lengua se miente, se calumnia, se insulta, se rompen amistades, es el órgano con que se blasfema y se difama, no hay nada peor que la lengua.
El hombre está indefenso por naturaleza, no tiene colmillos, garras ni cuernos, pero sí tiene una lengua tan suave como la miel y tan afilada como un puñal.