En la antigüedad, en los hogares japoneses había una espacio que llamaban tokonoma.
En ella había colgado un pergamino, para que quienes vivían en esa casa pudieran reflexionar
sobre lo que había en él. Podía ser su pintura favorita o una caligrafía que expresara un
pensamiento rector, la tokonoma revelaba el espíritu y el estilo de vida de las personas que
habitaban en esa casa.
Plantéate la posibilidad de decorar tu casa con alguna caligrafía, podría ser una cita de alguien
que admiras, o cualquier cosa que te permita reflexionar sobre ti mismo. No es necesario una
habitación especial, cualquier pared puede servir, tampoco tiene que ser un cuadro o una
caligrafía de gran calidad.
Mirarla te recordará diariamente procurar el tiempo y el espacio para poner en práctica la
contemplación serena.
Si no se te ocurre nada, te propongo la siguiente frase: Mu ni mugen no kanōsei ari que quiere
decir, “en la nada hay un potencial infinito”
Podría ser también: Mú kara subete ga umarero significa: “todo procede de la nada”
¿Podemos afirmar con certeza que no hay nada que temer ya los seres humanos nacemos de
la nada sin tener nada y sin embargo en cada uno de nosotros hay un potencial y capacidades
infinitas?
