¿Vivir ebrios?

“Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo”.
Oscar Wilde


¿Vivimos embriagados de vida? o, ¿en una forma de vida que no es vida?


Charles Baudelaire en el poema que les comparto, nos invita a vivir embriagados incluso de vino, pero en sentido figurado, en realidad nos invita a embriagarnos de vida, respirándola, viéndola, escuchándola, saboreándola, tocándola, ¿sentirnos colmados de vida, es una embriaguez en exceso?, ¿debemos escucharlo y vivir nuestra vida con tal intensidad, que sin importar nuestra edad despertemos cada día sintiéndonos mas vivos de como estábamos
ayer?


EMBRIAGADOS


Deberíamos estar siempre ebrios. Todo reside en eso; es la única cuestión. Para no sentir el horrible peso del tiempo, que nos rompe las espaldas y nos hace inclinar hacia el suelo, hay que embriagarse sin cesar.


¿De que? ¡De vino, de poesía, de virtud! ¡como mejor les parezca!. ¡Pero embriáguense!


Y si en cualquier momento, en las escaleras de un palacio, sobre la verde hierba de una cuneta, o en la soledad de tu habitación, te das cuenta que la embriaguez cede o está por disiparse, pregunten al viento, a las olas, a las estrellas, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, canta o habla, pregúntenle que hora es; y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj contestarán:


“¡Es hora de embriagarse!”


Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo, ¡embriáguense, embriáguense sin cesar!; De vino, de poesías o de virtud, como les plazca.

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