Denis Arnold, Oscar Jerome Stewart y Tammy Beck, de la Universidades de Nort Carolina, Estatal de San Francisco y Nebraska realizaron una extensa investigación por las actividades ilegales cometidos por las farmacéuticas entre 2003 y 2016, revisaron archivos del departamento de justicia, fiscalías estatales, comisión del mercado de valores y peticiones de transparencia, para obtener las demandas y dólares que han habido de multas a las grandes farmacéuticas.
La lista de prácticas criminales y delitos van desde: productos adulterados, fraude,
promoción ilegal de medicamentos, falta de reportes de datos de seguridad, reportes falsos, infracciones en los precios, sobornos y repartos de comisiones ilegales a médicos, corrupción al conseguir contratos con hospitales y gobiernos, promocionar productos para lo que no estaban autorizados, sobreprecio, etiquetados engañosos, daños medioambientales, vulneración de los principios de competencia, marketing para usos no aprobados y ocultar información sobre efectos secundarios.
En estos trece años investigados encontraron 22 empresas entre ellas (Pfizer, Astra Zeneca, Johnson & Johnson, Bayer, Abott, Merk, Lilly, Novartis) que acumulan 196 multas que suman 31,819 millones de dólares.
Además en Julio de 2019, cuatro farmacéuticas entre ellas Johnson & Johnson concluyeron un acuerdo con los tribunales para pagar 26 mil millones de dólares, se les acusó de haber contribuido a la adicción de millones de estadounidenses a los opiáceos, creando una epidemia de sobredosis que causó la muerte de más de 500,000 norteamericanos, inundaron los espacios publicitarios en Estados Unidos con anuncios engañosos, presentando sus peligrosas pastillas como milagrosos e inofensivos, las demandas las pusieron decenas de estados y localidades. En 2020 se tuvo un récord de 90,000 muertes más por esta causa.
Este acuerdo fue únicamente con cuatro empresas, y continúan los juicios adelante con miles de acciones qué hay en curso contra otras empresas fabricantes y las grandes cadenas distribuidoras como, Walgreen, CVS, Walmart, Rite Aidé, estas últimas se defienden diciendo que ellos únicamente surtían las recetas firmadas por los médicos.
Como una pesada lapida cargan su enorme caja con miles de muertos, sentencias,
juicios y multimillonarias multas, ahora compiten por crear “vacunas” contra el COVID, para hacerse obscenamente más ricos.
¿Debiéramos con esta información documentada de los crímenes y delitos cometidos por estas empresas, preguntarnos?; ¿confío en que sus “vacunas” contra el Covid pasaron todos los protocolos de investigación, ya pueden ser aplicadas a seres humanos, son efectivas, que tan graves pueden ser los efectos secundarios, por qué les llaman vacunas si no son vacunas, por qué tienen inmunidad y nadie las puede demandar por los efectos que puedan causar, por qué no liberan las patentes para que cualquier país las pueda fabricar?
Estas palabras del sociólogo brasileño Emir Sader, son demoledoras: “si un mono acumulase más bananas de las que puede comer, mientras la mayoría de los otros monos mueren de hambre, los científicos estudiarían al acumulador para averiguar qué demonios está sucediendo con él, pero cuando los humanos hacen lo mismo, nosotros los colocamos en la portada de la revista Forbes”