Parafraseando a Shakespeare, del “ser o no ser” de Hamlet a “Saber o no saber, esa es la pregunta”
¿Qué he hecho por mi propia educación y aprendizaje, estoy consciente de que son la verdadera civilización?
“Si la educación le parece cara, pruebe con la ignorancia”. Albert Einstein
Lo anterior nos invita a preguntarnos no sobre la educación en las aulas de la escuela o Universidad, sino sobre nuestra educación de puertas adentro, la que depende de nosotros, ¿qué hemos hecho por nuestra propia educación, aprendizaje, formación y conocimiento?
Indiscutiblemente el conocimiento, aporta a nuestra personalidad algo esencial para sobrevivir, nos da un espíritu crítico y analítico, nos hace flexibles ante la vida, nos da la humildad para entender que mientras más aprendemos es muchísimo más lo que no sabemos.
El conocimiento construye a los hombres de empresa, de ciencia y a los humanistas, que estructurados mejoran y cambian para bien el mundo, nada mejor que un hombre de ciencia humanista, o un hombre de empresa humanista, o un humanista en verdad humanista.
Sin aprendizaje, ¿Cómo entenderme, como conocer y comprender mi entorno y mi rol en esta era del ser humano tecnológico?
Por ello debemos de estar siempre indagando, leyendo, cuestionando, cuestionándonos, buscando el contenido y la esencia más que la forma.
Y nos despedimos con una frase de Sócrates: “Yo solo conozco un mal la ignorancia y un bien el conocimiento”.
Mario Montalvo Ortega