La palabra gratitud proviene del latín “gratus”, que significa, “agradecido, agradable”
“Cuando bebas agua recuerda la fuente”. Proverbio Chino
Desde la perspectiva de la neurociencia siempre estuvo relegado el estudio de la gratitud, ya que esta era considerada como un tema de buena educación o religioso.
Apenas hace unos pocos años se empezó a estudiar por los investigadores profesionales de la psicología.
La gratitud es considerada una ventaja de nuestra evolución como seres humanos y contribuyó para que creáramos vínculos sociales y lográramos sobrevivir como especie.
Los psicólogos Michael E. McCulloug y Robert Emmons, quienes realizan estudios sobre la gratitud, pidieron a un grupo de participantes escribir todos los días durante tres meses, estos fueron divididos en tres grupos:
Al primero se le pidió que abordara experiencias que le hicieron sentirse agradecido, Al segundo se le indicó que escribiera sobre cosas que le hubieran disgustado.
Y el tercero, sobre situaciones que les hayan afectado, sin precisar si estas afectaciones fueron positivas o negativas.
Pasados los tres meses, quienes escribieron sobre la gratitud se sintieron muy optimistas y mucho mejor sobre sus vidas, hicieron más ejercicio, se redujeron o desaparecieron molestias físicas, mejoraron sus niveles de glucosa, colesterol, presión arterial y visitaron menos al médico que quienes estaban en los otros grupos. Todos estos resultados fueron publicado en la revista de la escuela de medicina de la Universidad de Harvard con el título; “dar gracias te puede hacer más feliz”.
“En la mañana, antes de despertarse por completo y de nuevo justo antes de dormir, tómese uno o dos minutos para lo que llamo: unos momentos de silencio con Dios. Permanezca en un estado de gratitud y diga en voz alta: Quiero sentirme bien”
Wayne Dyer