Unos padres inteligentes saben que sus hijos son Maestros. Estas podrían ser las últimas palabras de unos padres de conciencia elevada hacia sus hijos:
Hijo, viniste al mundo para ser tú mi maestro, gracias por enseñarme tanto.
Tenías que ser como tú eres, luché y traté de no robarte la infancia para no desviarte de tu
futuro.
Tú eres mi futuro, hoy quiero agradecerte por tú existencia.
Te di lo que pude, lo que no supe o no pude darte tienes que dártelo tú mismo, tienes que ser tú creador y tú propio protector.
Muchas veces no te dije lo que debías hacer, porque con mi ejemplo traté de mostrarte lo que hago.
Me despido y me voy sabiendo que te vas a realizar y tú realización será la mía.
Te dejo mi fuerza, mi corazón, gracias por acompañarme en la vida y en mi muerte, sabes que te he amado mucho.
P.D. Recuerda siempre esto ¡somos invencibles!