“El problema es que crees que tienes tiempo”. – Buda
¿Qué haría si hoy me confirmaran que ya no tengo más tiempo de vida, que ya agoté mi tiempo?, ¿esta afirmación me resultará incómoda, desesperante, angustiante, estresante o la recibiré tranquilo?, ¿el nivel de estrés irá en función de la cantidad de cosas que creo tengo pendiente para conmigo mismo, o a lo alejado que me encuentre de donde creo que debería estar realmente?, ¿o por la cantidad de sentimientos que no he expresado?, Ya que me la he pasado pensado que llegará el momento, que todavía tengo tiempo.
¿Alguna vez he pensado que el tiempo es un producto que me pertenece sin fecha de caducidad, que lo adquirí por regalo al momento de nacer?
¿Qué tan arrepentido estaría por haberme dicho: ¿ya llegará el momento, a partir de mañana, hoy no es el día, apenas haya la oportunidad se lo diré, cuando tenga tiempo me encargaré…? y un largo etcétera?
Pero, ¿no es de preescolar el saber no solamente que algún día moriré, sino que no sé cuándo?
Y si al despertar, respiro profundo y digo: ¡Gracias a la vida por despertarme hoy a un nuevo y maravilloso día, haré únicamente lo que hoy me corresponda hacer!
Tendría razón Dalí cuando dijo: “el tiempo es una de las pocas cosas que nos quedan”