Vuelen juntos pero nunca amarrados
Cuenta una vieja leyenda Sioux, que una pareja de jóvenes fue a consultar al anciano chamán de su pueblo, la razón era muy importante ya que se casarían y tenían miedo de que su compromiso se rompiera de alguna manera, ellos deseaban un conjuro para que su amor fuera eterno.
El anciano los miro y les dijo, si desean conservar a su amado a su lado deberán emprender un viaje, tú le dijo a ella, cazarás el halcón más fuerte que encuentres y lo traerás en siete días, se volteó con el joven guerrero, en cuanto a ti tienes que subir la montaña más alta y cazar un águila, la más bella, la más salvaje, y deberás traerla aquí el mismo día que tu amada.
Los dos jóvenes cumplieron el reto que les impuso el anciano chamán, el día señalado ella llevaba en una bolsa de piel a un halcón y él portaba su águila. Cuando llegaron preguntaron cuál sería el próximo paso.
El chamán les dijo, tomen a las aves y con esta cuerda de piel átenlas, la pata derecha de uno con la izquierda del otro, después deberán dejarlas volar.
Cuando cumplieron las instrucciones observaron que cada vez que intentaban alzar el vuelo, lo único que conseguían era chocar y caer al suelo, frustradas y llenas de ira, empezaron a picotearse la una a la otra.
El chamán les pidió que las desaten y las dejen libres.
Esto que vieron es el conjuro que buscan para su eterno amor, aprendan de lo que acaban de ver. Si se atan el uno al otro aunque sea con amor, lo único que conseguirán es arrastrarse, lastimarse, pelearse, terminar siendo infelices y odiándose.
Si desean que su amor perdure, vuelen juntos, muy alto, pero jamás atados. Nunca olviden que el verdadero amor une pero no encadena.