“No puedes evitar que aves de tristeza vuelen sobre tu cabeza, pero si puedes evitar
que aniden en tu pelo”. Proverbio Chino
El envejecimiento es un proceso natural de la vida, pero, ¿podemos modificar el ritmo al que se envejece? El Dr. Juan Hitzig especialista en biología del envejecimiento, a encontrado qué hacer para lograr que el aumento en nuestra edad no sea una acumulación de dolencias, enfermedades o limitaciones físicas y mentales, y que si sea, el ir viviendo etapas llenas de vitalidad y continuo crecimiento personal, nos dice que la clave está en; nuestra capacidad para el manejo de las emociones negativas, evitando el estrés emocional.
Nuestros pensamientos y emociones tienen una influencia determinante sobre nuestro sistema inmunitario y hormonal,
Divide las conductas en R y S y las actitudes en D y A.
Los pensamientos negativos nos llevan a conductas R que son: *Rabia, *Rencor, *Resentimiento, *Rechazo, *Reproche, *Represión, *Resistencia.
Todas ellas generarán estrés, que está relacionado con la hormona cortisol, al mantener estas conductas de manera constante, el cortisol permanecerá en altas concentraciones en nuestro cuerpo y dañará las arterias, el corazón, las neuronas, la flora intestinal, de hecho es una catástrofe que hará colapsar nuestro cuerpo.
Estas conductas R, nos hacen generar actitudes D; *Depresión, *Desesperación, *Desolación, *Desánimo.
En contrario, los pensamientos positivos generarán conductas S, que son: *Serenidad, *Sociabilidad, *Sabiduría, *Sueño, *Sexo, *Seducción, *Sonrisa, *Sabor, *Silencio.
Con estas conductas generamos Serotonina un neurotransmisor fundamental, que regula nuestro estado de ánimo, el ciclo del sueño, evita la depresión, reduce el envejecimiento celular, y muy importante nos ayuda a producir actitudes A; *Amor, *Amistad, *Aprecio, *Acercamiento, *Animo.
Debemos tener cuidado con nuestras conductas, ya que pueden hacernos vivir produciendo
un déficit de serotonina y un exceso de cortisol.
El Dr. Hitzig nos dice que no debemos permitir las quejas, ya que solo sirven para expresar el
disgusto o malestar que estamos sintiendo, o sea no sirven para nada, y nos recomienda la
siguientes reglas:
- Presta atención a tus pensamientos porque se convertirán en palabras.
- Presta atención a tus palabras porque se convertirán en actitudes.
- Presta atención a tus actitudes porque se convertirán en conductas.
- Presta atención a tus conductas porque se convertirán en carácter.
- Presta atención a tu carácter porque se convertirá en biología?
“El cerebro es un “músculo” fácil de engañar, si sonríes cree que estas contento y te hace sentir mejor”. Juan Hitzig