Estamos invadidos de expertos, libros y videos, que nos dan consejos sobre cómo envejecer exitosamente, pero creo que a la mayoría les falta “espíritu”, podríamos definir que la tarea más importante en la segunda mitad de nuestra vida es encontrarle un propósito, algo que le dé significado al resto de nuestros años, el “espíritu” que hace que cada momento “cobre vida”, lo encontraremos en ese propósito. Sin este “espíritu”, no importa los años que vivamos, serán aburridos y sin sentido.
¿La vejez no es el fin, sino el comienzo de una nueva etapa, es el momento de dejar atrás los miedos y preocupaciones?
Cosas importantísimas sobre mí mismo y mi vida que vale la pena repasar:
Primero: ¿La segunda mitad de mi vida tiene que ser una época de declive y regresión? ¿No puede ser una época llena de esperanzas, plena y significativa? Pero el lograrlo dependerá de las metas que defina para mi vejez.
Segundo: ¿Puedo tomar las riendas de mi salud física y mental a medida que envejezco? ¿Cuáles son los principios y métodos para crear mi propio bienestar mientras manejo mi proceso de envejecimiento? Lo que realmente debo encontrar no es un programa anti envejecimiento, sino cómo llevar una vida prolongada y saludable.
Tercero: ¿Tengo el poder y el potencial para afectar el futuro de la especie humana y de la tierra, así como las vidas de quienes me rodean?, ¿Puedo contribuir con el nacimiento de una nueva cultura de sabiduría sin precedentes en la historia de la humanidad? Todo dependerá de los valores que quiera desarrollar y el estilo de vida que elija para la vejez.
Puede que me queden entre 20 y 45 años de vida ¿Cómo deseo pasar ese tiempo?, ¿tengo metas latentes que aún no he podido alcanzar?
Vivir hasta los 120 años no es un sueño imposible, ni un milagro que solo pueden disfrutar personas con genes excepcionales para la longevidad. Una vida de 120 años es un proyecto global para avanzar en el desarrollo de la especie humana, no un proyecto enfocado únicamente a la longevidad personal.
Vale pensar que tanto puedo dejar como legado, tenemos la responsabilidad de hacer de nuestra existencia una bendición para el planeta y para las personas que amamos, además de nosotros mismos.
“La vejez es el tiempo de practicar la sabiduría”.
Jean Jacques Rousseau
(Ideas, reflexiones y preguntas inspiradas en el libro “he decidido vivir 120 años” de Ilchi Lee)