¿POR QUÉ NO SANAMOS?

Todos estamos de acuerdo en que un enfermo es alguien que no está saludable, que tiene
algún tipo de enfermedad, es alguien que no se encuentra ni se siente bien, que no “está
funcionando bien”, y que si enfermamos queremos sanar.
Winona Ryder en la película “inocencia interrumpida” en el papel de Susanna Kaysen se
pregunta; “¿Cómo puedo curarme cuando ni entiendo mi enfermedad?”


En la red encontré estas frases como afirmaciones, aquí las enlisto convertidas en preguntas:
¿No sano porque cuando llega algo bueno a mi vida lo rechazo y prefiero quedarme con lo que
no me hace feliz?
¿No sano porque sigo ignorando al poderoso y valioso ser que llevo dentro?
¿No sano porque continúo desatendiéndome y fingiendo que todo está bien en mi mundo?
¿No sano porque no me he atrevido a enfrentarme a las personas que dirigen mi vida?
¿No sano porque no uso unas tijeras para cortar lazos con personas que no me nutren?
¿No sano porque he asumido que el sacrificio es la forma de demostrar amor a los demás?
¿No sano porque no uso la magia del perdón para limpiarme de ira y rencor?
¿No sano porque huyo de la naturaleza, no disfruto de la lluvia, no me pierdo en el bosque, no
me baño en el mar y me escondo del sol y la luna?
¿No sano porque grito por ayuda a los cuatro vientos y cuando me escuchan y me tratan de
llevar por un camino que me hará feliz, me aferro al pasado?
¿No sano porque no me dejo llevar por mi interior, por la fuerza de mi corazón y mi mente, y
he obviado que yo soy el sanador, porque no sanaré si no quiero sanar?
¿Somos polvo de estrellas envueltas en piel, somos luz y la sanación que estoy buscando
siempre ha estado dentro de mi?


Coincido con el Dr. Ramón Carrillo, “mientras sigamos viendo enfermedades y olvidemos
al enfermo como una unidad biológica, psicológica y social, seremos simples zapateros
remendones de la personalidad humana”, también decía, “Debemos pensar que el
enfermo es un hombre que es también un padre de familia, un individuo que trabaja y
sufre; y que todas esas circunstancias influyen, a veces, mucho más que una
determinada cantidad de glucosa en la sangre. Así humanizaremos la medicina”

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