Verdad indiscutible es que yo y todos los que amo vamos a morir y no sé cuándo, esto es una verdad indiscutible, por ello:
¿Y si en vez de angustiarme y entristecer, reviso con que personas amadas e importantes en mi vida he tenido distanciamientos o dificultades y restablezco los lazos con afecto y amor verdadero?
¿Y si también hago las paces con mi conciencia por todo lo que pude haber hecho y que creo dañó a alguien?
Otra verdad indiscutible es que la riqueza material no es riqueza real, poco importará en mi lecho de muerte, ¿Y si tomo conciencia de que no me hará una persona mejor o más feliz, y por ello doy mi tiempo que siempre es más apreciado que regalar dinero?
Verdad indiscutible es que hay muchas cosas más valiosas que el dinero. Resulta un buen ejercicio escribir un listado de todo lo que para mí es más valioso que el dinero.
Verdad indiscutible también es que nadie puede ser perfecto, que intentarlo siempre me lleva al sufrimiento, ¿y si trato de no serlo ni exigirlo, y solo me esfuerzo por mejorar?
Verdad indiscutible es que debo hacerme responsable por mis acciones, ¿y si hago congruente mi pensar con mis palabras y con mis acciones?