La codicia. Viviendo con Sentido

Yo soy la codicia,

engendrada por un avaro en un bolsón de cuero, y,

de cumplirse mis deseos

haría que esta casa y cuantos en ella hay

se convirtieran en oro para poder encerrarlos en mi buen cofre.

¡Oh, mi dulce oro!

Christopher Marlowe

Codicia según el diccionario: Deseo o apetito ansioso y excesivo de bienes o riqueza, es una palabra derivada del latín cupidus que significa deseoso.
¿Es una pasión oscura la codicia? y ¿daña tanto al codicioso como a quienes le rodean?, veamos que nos dice Jane Goodall: “la destrucción del hábitat está a menudo vinculada a la codicia y el materialismo del mundo desarrollado”.
Desde hace ya miles de años la codicia es considerada una pasión negativa, que surge de la vida en sociedad, ya que el codicioso desea tener de forma febril y obsesivamente más que los demás.
Platón nos decía que la codicia es una enfermedad moral de la ciudad, que es capaz de corromperlo todo y que puede ser entendida como una enfermedad, porque constituye una patología moral asociada a un ansía sin límites de bienes materiales, es la característica de individuos que únicamente piensan en sí mismos y no tienen ninguna preocupación por los demás.
Como afirmaron Aristóteles y después Spinosa en su tratado teológico político: “es el gesto maximo de injusticia de la vida en comunidad porque implica desigualdad y perjuicio hacia los demás sin importar cómo afectan sus acciones a la comunidad por lo que se puede considerar que la codicia es la pasión de la injusticia”.
En realidad no se trata únicamente de tener más, se trata de tener con avidez lo más que se pueda, es más, ¡TODO!
Es una combinación de egoísmo y ambición, y es un deseo imposible de saciar porque no existe límite, ninguna la ley detiene al codicioso.
Un codicioso no se ama a sí mismo, lo que ama es el placer de ganar y lo excesivo de sus bienes, contra lo que pudiéramos creer no tiene una relación completa y satisfactoria con los objetos de su deseo, ya que siempre quiere más porque nunca tiene lo suficiente y lo que tiene aunque sea muchísimo no le resulta suficiente, tal vez por eso Spinosa decía, “la codicia es una enfermedad triste” y seguramente lo es porque jamás será libre ya que se convierte en esclavo de su codicia y tampoco feliz ya que nunca tendrá lo suficiente.
Ante el delito del robo están las penas que marcan la ley, pero ante el deseo de poseerlo todo sin importar nada, solamente está la enseñanza de lo que en verdad tiene valor, la ética, la moral.
“Todos tenemos un lado oscuro, así que es necesaria una lucha continua para hacer lo correcto. El lado luminoso es compasión y preocupación por los demás. El lado oscuro es codicia y egoísmo”. George Lucas.
Mario Montalvo Ortega 

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