“En la adversidad conviene muchas veces tomar un camino atrevido”. Séneca
Continuamos con la entrevista a Alexandre
¿Cómo se aprende eso?
Converso con amigos cuyos cuerpos querría, y juntos entendemos que un cuerpo de hombre es como otro cuerpo de hombre, con sus dones, sus dificultades…y su final.
Si, todos los cuerpos, al final… ¡al hoyo!
Por eso aprendo de un amigo sepulturero.
¿En serio?
He convivido una semana con él en sus pompas fúnebres. Le pregunté por qué no se ponía guantes para tocar cadáveres, y me dijo: “Esta señora hace dos horas abrazaba a sus nietos y la besaban; ¿por qué voy a ponerme guantes para tocarla?”
¿Qué aprendió allí?
Parecería el peor oficio posible…¡pero insufla confianza en la vida! El cuerpo es sagrado, pero somos algo más…que no sé definir.
Si pudiese elegir un cuerpo para volver a nacer con él, ¿cuál elegiría?
No hay una vida que yo desee en su totalidad. Y de haber tenido un cuerpo válido…yo no hubiese vivido todo lo que he vivido.
Todo es para algo, todo va encajando…
La vida no tiene solución…porque quizá no es un problema. El reto es confiar en la vida.
¿Qué es lo mejor y lo peor de sus días?
Me despierto y me desanimo: sé que todo me costará un gran esfuerzo y no me apetece levantarme. Y medito media horita…
En que consiste esa meditación?
Observó cómo los pensamientos tristes aparecen, vienen y se van. Luego trabajo. Por la tarde quedo con amigos. Y luego estoy con mi familia.
¿Cómo es la relación con su mujer?
No es una pasión de serial romántico: nos amamos tal como somos, sin interpretar personajes que no somos.
¿Qué la enamoró de usted?
Mi ligereza y mi alegría.
¿Qué es ligereza?
Lo contrario de pretencioso, de pomposo.
¿Qué es alegría?
Adhesión total a la existencia.
¿Y qué es la felicidad?
La conjunción de Alegría y desapego. ¡Y aquí fallo yo!
¿Por qué?
Porque me cuesta el desapego: en cuanto alguien es amable conmigo…¡pac, me apego!
Debería saber ser más fluido y sereno.
¿Cómo puedo aprender la alegría?
¡Está en ti! Búscala en tu fondo, bajo tus máscaras…tú fíjate en cómo un niño la expresa, de modo espontáneo y simple.
¿Qué les enseña usted a sus hijos?
Que los amo incondicionalmente: “Aunque quemes la casa, ¡te amaré igual!, les digo.
Vigile…
¡Pero procura que no suceda!, añado, ja,ja…Y les pido perdón por mis imperfecciones, debilidades y errores. Y les enseño ejercicios espirituales.
Cuénteme uno.
Cada mañana me preguntó: ¿A quien puedo ayudar hoy?. Y siempre encuentro a alguien.
Dos.
Cada mañana me preguntó: ¿De qué objeto puedo despojarme hoy?. Tengo muchos libros, y cada día regalo uno a alguien.
Tres
Una vez por semana busco, entre mis contactos telefónicos, al que pueda estar más solo y necesitado. Y le llamo.
Cuatro.
Con mis hijos, tomamos tres libros de casa, insertamos un billete de 10 francos en cada uno y lo regalamos a tres mendigos. ¡Uno se ha aficionado a Séneca; me alegró verlo!
Cinco.
Les enseño a mis hijos que el Buda no es el Buda, por eso le llamo Buda. O sea. Víctor no es Victor, por eso le llamo Víctor.
Explíquemelo.
Enseña a tomar distancia alegre, es un invitación a la libertad: ¡vive sin máscaras, sin interpretar personaje alguno!
¿Se puede vivir sin máscaras?
Los niños lo hacen. Y es genial. Ser simple, ligero, que maravilla.
¿Cuál diría que es la máxima virtud?
La bondad
¿Por encima de la inteligencia?
La suprema inteligencia se llama bondad.
Concluyo con estas frase de Alexandre; “solo hay una cosa que me llena de orgullo: ser un hombre con derechos y deberes iguales, compartir una misma condición, sus sufrimientos, sus alegrías, su exigencia. Este orgullo nos una a todos, al sordo y al cojo, el etíope y al desfigurado, al judío y al tullido, al ciego y al trisómico, al musulmán como el sin techo, a ti y a mi. ¡Somos hombres!”
Me permito dejarles de obsequio el link de una entrevista hecha a Alexander y Boris Cyrulnik, la cual me parece llena de enseñanzas extraordinarias, la he escuchado varias veces y cada vez aprendo algo nuevo.
Interesantes conceptos, es un tema entender la vida y cuando aprendemos ya debemos morir
Gracias