Soy rey de mi voluntad;
no me la ocupan negocios,
y ser muy rico de ocios
es suma felicidad.
Lope de Vega
¿Cuantas veces hemos escuchado? “La ociosidad es la madre de todos los vicios”.
Los seres humanos somos la única especie sobre el planeta que está obsesionada con hacer más y más y más, pero además de que vivimos basados en la virtud de la insistencia, también de manera incansable buscamos más y mejores soluciones, nuestro cerebro evolucionó y está preparado para una continua y agobiante hiperactividad, de la cual nos sentimos orgullosos.
Tenemos la creencia de que nuestro cerebro debe estar trabajando permanentemente, que nuestros objetivos y metas deben estar siempre presentes.
También cuando estamos de “ociosos” nos recriminamos, tenemos un sentimiento de culpa y nos sentimos mal con nosotros mismos.
Sin embargo el gran Bertrand Russell dice: “el sabio uso del ocio es un producto de la civilización y de la educación”, y Sócrates: “los ratos de ocio son la mejor de todas las adquisiciones”, y Aristóteles: “la felicidad reside en el ocio del espíritu”, y George Bernard Shaw: “un hombre instruido es un hombre ocioso que mata el tiempo estudiando”.
Todos estos grandes sabios se adelantaron muchos años, ya que hoy, Andrew Smart un reconocido científico estudioso de la neurociencia, nos dice que nuestro cerebro necesita descansos y muchos más de los que creemos. A descubierto que la “nada” cerebral o sea el ocio; el no tener responsabilidades, compromisos, requerimientos, obligaciones de trabajo, etc., es un estado indispensable si queremos alcanzar buenos resultados y mantenernos con salud física y emocional.
De hecho durante el ocio sin darnos cuenta, es cuando nuestro cerebro está: innovando, inventando, creando y encontrando las respuestas y soluciones.
“Aquellos que deciden utilizar el ocio como un modo de desarrollo mental, que aman la buena música, los buenos libros, las buenas fotos, las buenas obras de teatro, la buena compañía, la buena conversación, ¿qué son? Son las personas más felices del mundo. William Lyon Phelps
Yo agregaría a lo que escribió William:
la buena comida, el buen vino y la buena cerveza.
Mario Montalvo Ortega