La ley de la polaridad

“Cada desafío, cada adversidad, contiene dentro de sí las semillas de la oportunidad y el crecimiento”. Roy Bennett

Esta ley de la polaridad hace que las cosas evolucionen a su extremo opuesto, por ejemplo una amistad de socios creativa y productiva en un principio, puede transformarse en un odio enorme al final de la misma.

Quienes dedican su vida exclusivamente a ganar dinero y aumentar su riqueza, si no observan esta ley es probable que estén cosechando miseria en otros niveles.

Estudios han demostrado que la mayoría de quienes obtienen un premio de lotería, dos años después ya han perdido una buena parte del dinero ganado.

Grandes estrellas musicales, artistas, deportista que de la noche a la mañana ganaron enormes fortunas, si no logran un crecimiento espiritual, ese mismo dinero se les revierte en sufrimientos mayúsculos.


La ley de la polaridad, en su demoledor efecto sobrepasa a la de la resonancia, en contraparte el conocer ambas leyes es un buen principio para construir una vida plena con éxitos.


No olvidemos que en esta vida todo se presenta en pares: Ying y Yang, hombre y mujer, amor y odio, luz y oscuridad, bueno y malo, día y noche, positivo y negativo, pobreza y riqueza, salud y enfermedad, inspiración y expiración, frío y calor, etc. etc. y desde luego no puede haber riqueza sin pobreza.


Esta manera de funcionar del mundo con esta cooperación de los contrarios, quien no lo acepte y lo reconozca terminará aprendiéndolo a la fuerza, es por lo tanto inteligente el reconocerlo en nuestra vida diaria.

Cuando nos alimentamos exclusivamente de uno de los polos, hay que saber que el otro está luchando por hacerse presente y terminará saliendo de una u otra manera. Robert Louis Stevenson en su novela Dr. Jekyll y Me. Hyde nos da una obra didáctica sobre las sombras.


El estar siempre atento y alerta frente a nuestros lados oscuros ayudará.


También los enemigos nos pueden enseñar lo que aún nos falta integrar.


Observemos qué cosas en nuestro diario que hacer nos sacan de quicio, de seguro están relacionados con nuestras sombras.


“Nada puede existir para siempre”. Stephen Hawking

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